Algunos de los elementos que más pueden ayudarnos a ahorrar energía tanto en una vivienda particular como en un local son:
• Ventanas. Son el primer elemento que debe revisarse en el momento de hacer una reforma destinada a disminuir el consumo de energía. A través de ella, el frío y el calor pueden entrar y salir sin dificultad, por lo que es importante instalar marcos y cristales que lo impidan. Con este sencillo cambio, notaremos la diferencia en nuestras facturas y ayudaremos al medio ambiente.
• Aislamiento. La fachada y la cubierta de un edificio son dos vías de intercambio de calor con el exterior. Es recomendable estudiar en profundidad cada propiedad para determinar cuáles son sus necesidades y añadir un sistema que evite dicho intercambio. En comunidades de vecinos, deberá consensuarse la reforma con todos los propietarios antes de llevarla a cabo.
• Puertas. De igual manera que las ventanas, algunos modelos dejan escapar y entrar el frío y/o el calor. Lo recomendable es instalar aquellas que estén fabricadas con materiales que nos ayuden a aprovechar la energía y, por tanto, a ahorrar.
• Sistemas de climatización eficientes. Calderas, termostatos, electrodomésticos… Todo cuenta, especialmente cuando hablamos de eficiencia energética. Apostar por equipos de bajo consumo es la mejor manera de ver un incremento de nuestras facturas a largo plazo.